Los pueblos que guardan la historia
Cada rincón del Valle Sagrado narra una leyenda.
En Pisac, las terrazas agrícolas se alzan como escaleras al cielo, y su mercado vibra con los colores de los tejidos tradicionales.
Ollantaytambo, por su parte, mantiene la traza original inca y las calles empedradas por donde aún corre agua cristalina.
En estos pueblos, la historia no se exhibe: se vive, se huele, se escucha en los saludos quechuas y en los cantos que acompañan las cosechas.
Tip de viajero: Dedica una mañana completa a recorrer el sitio arqueológico de Ollantaytambo; sus muros revelan técnicas constructivas únicas y vistas impresionantes del valle.